Maria Corina Machado: "Todo o Nada"....
*ARTÍCULO MCM
en Diario 2001*
*Todo o nada* bit.ly/2ViHbKB
¿Por qué la gente asumió como propio el compromiso Cese de la Usurpación,
Gobierno de Transición y Elecciones Libres qué planteó el Presidente Guaidó?
Porque la gente está clara que el régimen no va a entregar el poder y que hay
que arrebatárselo. Los venezolanos sabemos que éste es un proyecto criminal
trasnacional cuyo propósito es exprimir a Venezuela y expandir sus tentáculos
por toda la región.
El mantra del presidente Guaidó es una secuencia de acciones estratégicas que
no se pueden alterar: Primero debe producirse el “cese de la usurpación”, que
significa la salida y el desmantelamiento total del régimen. Si eso no ocurre,
no hay transición posible, y mucho menos la posibilidad de unas elecciones
verdaderamente libres. Elecciones libres sólo son posibles en Libertad.
Por lo tanto, sacar a Maduro y dejar a los jefes de las mafias judicial,
militar y financieras en el Gobierno de Transición NO ES el Cese de la
Usurpación. Dejar el monopolio de la fuerza física -sea regular o irregular, el
monopolio de la fuerza judicial y el monopolio de la fuerza comunicacional- en
las mismas manos corruptas y criminales sería traicionar el compromiso asumido
con la sociedad y la claudicación ante el sistema mafioso. Esto representaría
convertir la Transición en Cohabitación.
Tener elecciones libres es mucho más que ir a unas votaciones. Para que ellas
sean posible, además de derrumbar al ecosistema criminal, el Gobierno de
Transición que lo sustituya debe llevar adelante cinco tareas enormes en el
tiempo más corto posible: 1. Dar atención urgente a la crisis
humanitaria. 2. La estabilización de la economía y de los servicios públicos.
3. La alineación de la Fuerza Armada Nacional, para que recupere el control y
la soberanía territorial. 4. La depuración del sistema judicial; y por
supuesto, 5. La reconstrucción de un sistema electoral pulcro e independiente,
para que puedan votar todos los venezolanos dentro y fuera del país.
Les pregunto, si las mafias siguen en el poder, ¿permitirían que se lleven
adelante estas tareas que son indispensables para garantizar una elección
verdaderamente libre en la cual su futuro está comprometido? Los venezolanos
saben cuál es la respuesta. Por esta razón se ha producido una ola justificada
de repudio e indignación a raíz de la aprobación de un acuerdo parlamentario
que subvierte lo convenido en la Ley del Estatuto de la Transición aprobado por
la Asamblea Nacional y que rige la presidencia interina.
Este acuerdo dice plasmar la propuesta realizada por los representantes del Presidente
Guaidó en el diálogo de Oslo-Barbados, y contempla que el régimen tutele lo que
sería una parodia electoral, sin que Cese la Usurpación y en ausencia de un
verdadero Gobierno de Transición.
Para justificar este acuerdo, hay quienes se dieron por vencidos y dicen que no
hay otra opción, “que esto es lo que queda.” Otros propagan una falsa
dicotomía, típica del régimen cubano, que pretende obligarnos a escoger entre
“la invasión” o “el diálogo apaciguador.” Frente a esto, los venezolanos
tenemos que pararnos con firmeza y no aceptar un chantaje más!
Los que nos quieren abrumar con sus falsos dilemas olvidan lo que significó la
aprobación del TIAR: La creación de “una red de carácter operacional de
autoridades de inteligencia financiera y de seguridad pública para identificar,
investigar, perseguir, capturar, extraditar y sancionar a las personas y
entidades asociadas al régimen de Nicolás Maduro involucradas en actividades
ilícitas de lavado de activos, tráfico ilegal de drogas, terrorismo y su financiación,
y vinculadas a redes de delincuencia organizada transnacional“.
La invocación del TIAR es un paso enorme en la ruta del coraje. Para quienes me
preguntan qué es fuerza; fuerza es esto, es la activación de un mecanismo que
fortalece la amenaza real, severa e inminente que se le planta al régimen
criminal.
Fuerza es también la movilización y presión ciudadana; que se convierte en más
fuerza cuando está organizada. Fuerza es la denuncia, fuerza es el valioso y
admirable testimonio de los diputados de la Fracción 16 de Julio, que se
levantaron en contra de un acuerdo que es violatorio -en lo político, jurídico
y moral- de lo acordado con la sociedad venezolana.
Hemos llegado a un nuevo punto de inflexión. Hay que optar entre la ruptura y
el continuismo, entre la transición y la cohabitación, entre la firmeza y la
debilidad, entre la Libertad y el cautiverio. Los ciudadanos ya decidieron y no
están dispuestos a que les cambien la ruta. No hay puntos medios. No hay forma
de convivir con el mal sin que el mal nos devore. Son momentos de definiciones
y nosotros sabemos que o nos jugamos el todo, o nos quedamos sin nada.
MCM - 2019-10-06

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